Y nada cambia en Bogotá

Hola a todos, después de un buen tiempo de estar ausente, regreso a este espacio, recordando el sueño de una mejor Bogotá. Desafortunadamente pasa el tiempo y no son buenas noticias las que recolecto cada vez que regreso a esta ciudad en la que nací, ya hace muchos años atrás. Esta semana me he enfrentado al trafico y a la cultura ciudadana Bogotana, sin buenos resultados. Aunque la medida del nuevo pico y placa la tome como positiva, en mi criterio el trafico sigue con muchos problemas, aunque admito que es cautivador poder utilizar el carro en ciertas horas durante el día, aunque yo no tengo carro, reconozco que es una buena medida para aprovechar mas de tu vehículo.

Pero la ciudad sigue siendo incomoda, bastante agresiva y gris, ayer conduciendo por Bogotá, nuevamente los sentimientos de ira y agresividad brotaron a mi persona al ver reiteradamente una cultura del aventajado, del que se cree puede irrespetar la fila de espera para el cruce de un semáforo, o pasarse un semáforo en rojo, sumado esto a un congestionamiento que parece nunca terminar.

Como dice el articulo de hoy en el tiempo, la cultura ciudadana de Mockus desapareció, como ya lo había comentado en otras entradas de este Blog y es muy triste ver que esto suceda con mi ciudad. 

http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/la-decada-perdida-de-la-cultura-ciudadana_12225158-4

Ojalá sea solo negativismo mío, pero esta ciudad no va por buen camino...

Cerca de la Estrellada

Cada día me despierto últimamente en esta ciudad agradeciendo que no tengo que utilizar ningún tipo de transporte publico como el transmilenio o el bus urbano, ni tampoco movilizarme en carro por las intransitables vías Bogotanas, hace unos meses tome la sabia decisión de vivir a una distancia a pie de mi trabajo. Cuando el día llega y tengo que tomar el transmilenio por alguna reunión de trabajo, miro por la ventana para ver el tráfico pasar y detallar que tan lleno va el alimentador de transmilenio, generalmente la visión nunca es esperanzadora.

Realmente le tengo un tedio absoluto a movilizarme por Bogotá, trancones, huecos, buses de transmilenio llenos a estallar, inseguridad, son el pan de cada día de los Bogotanos que tienen que movilizarse a sus trabajos. Solo me movilizo para las obligaciones netamente laborales y los fines de semana para ver a mi familia, ya no me gusta salir, se acabaron las salidas al parque, al centro comercial o tomarse una cerveza con algún amigo un viernes… impensable.

Ya pasaron 100 días de la alcaldía de Petro y mi esperanza de una ciudad mejor de desvanece día tras día, en semana santa tenia la inocente esperanza de ver una ciudad mas desocupada… me equivoque, estos primeros días de la semana hay mas trancones que los de un día usual, hasta hoy miércoles denoto algo de alivio aunque hoy parece ser día de congestiones. Como lo dice el articulo que cito, vivimos en una ciudad de 8 millones de habitantes con una infraestructura que no es ni adecuada para una de 5 millones, y todavía nos preguntamos porque el colapso de la ciudad.

Ya son dos strikes importantes en la alcaldía de Petro, 1. El Bloqueo de transmilenio y 2. La renuncia de su mano derecha Navarro Wolf, deja un mal sabor de su administración, aun no se ven acciones concretas, seguimos con la síndrome de los estudiesitos, de cambiar todo lo que expertos de anteriores administraciones sugirieron, seguimos con un Petro peleón con el gobierno central que hace mucha pataleta pero de acción muy poco.

Espero ver en los próximos meses un alcalde que hable menos y actúe más, quiero ver un nuevo aeropuerto, calles sin huecos, un sistema de transporte integrado, quiero ver que empiecen trabajos del metro, del tranvía o de lo que quieran pero de algún tipo de transporte masivo decente, quiero ver acción, quiero ver realidades, quiero que esta semana santa sea el arrancón para algo de realidad de ciudad, hay que ser positivos porque si Petro continua su actitud de ir contra el sistema en vez de construirlo, esta ciudad cerca de las estrellas va estar bien estrellada.

http://www.portafolio.co/opinion/bogota-cerca-las-estrellas-y-la-estrellada

Atrapando al gato y al Ladron

Era jueves 9 de enero de 2012, disfrutaba de un almuerzo con mis compañeros de trabajo en el centro Comercial Santa-fe, cuando experimente la cruda realidad de la inseguridad Bogotana. Fui víctima de los carteristas, un par de individuos sin que lo note me extrajeron mi billetera en plena plaza de comidas, sin que nadie lo hubiera notado. Al momento de retirarnos del lugar note que mi billetera no estaba. Angustiado busque por todas partes cuando recibí un SMS de Davivienda que reportaba una compra en un restaurante muy cercano al sitio donde me encontraba. Salí corriendo a aquel lugar cuando Juan Carlos identifica a los sospechosos. Salte reclamando por mi billetera, estaba seguro que eran los ladrones a pesar que su vestimenta formal no lo parecía, era una pareja con un promedio de edad de 40 años, el hombre vestido de corbata que reclamaban no saber de qué le hablábamos. Persistí, llame a seguridad y la aptitud de no querer detenerse a aclarar un supuesto malentendido me confirmo que era los ladrones. Con gran parte de la seguridad de santa-fe logre acorralarlos hasta que llego la policía no sin muchos intentos de escaparse con excusas de tener compromisos.

Al llegar la policía, la mesera del restaurante donde hicieron la compra los reconoció y menciono la utilización de mi tarjeta de crédito, otros empleados de restaurantes contiguos se me acercaron a decirme que estos los reconocían como ladrones de otros centros comerciales y que no los dejara ir. Al final no tuvieron escapatoria todas las pruebas confirmaban mis sospechas. La billetera apareció, sin dinero y sin tarjetas, pero con mis documentos de identificación que era al final lo que más importaba.

Esta experiencia me hace sentir nuevamente inseguro en esta ciudad, ya me estaba pasando el miedo, pero volvió y ahora desconfío de todo desconocido, espero que se me pase pero mantendré mucho más la guardia, fui víctima de uno de los crímenes más leves que suceden en este país desafortunadamente, esta ciudad se vuelve cada vez más difícil de vivir. No hay que olvidar la interminable congestión en las vías, los huecos y el pésimo transporte público. Seguiremos viviendo, desafortunadamente tengo que recomendar al lector algo. Mantenga una postura defensiva en cualquier sitio público al que se dirija, la ciudad hace mucho tiempo dejo de ser amigable.